Los proyectos de construcción en este ámbito casi siempre requieren materiales con propiedades como alta resistencia, peso relativamente bajo, resistencia a la corrosión y escasos requisitos de mantenimiento. Las subestructuras de los sistemas solares, por ejemplo, son un campo de aplicación muy bueno para el PRFV, al igual que muchos elementos de las plantas de biogás y las centrales eléctricas de bombeo. Las larguísimas palas de los aerogeneradores están reforzadas interiormente con perfiles de carbono, sin los cuales no podrían soportar las enormes cargas físicas.
Estos sistemas están siempre expuestos a la intemperie, por lo que un material que los resista el mayor tiempo posible es una buena inversión.